En un momentito del episodio 3 de la nueva temporada de Rick and Morty, ellos están viajando y el pibe va jugando con un fidget spinner. El viejo medio lo boludea por eso, y ahí Morty le suelta un categórico: "Soy retro". Con 12 años al aire y una octava temporada a punto de estrenar (este domingo 25 de mayo a las 23 por Adult Swim), la sitcom espacial creada por Justin Roiland y Dan Harmon lleva tiempo siendo un clásico de las series animadas y una referencia para el sector, en especial a partir del boom de las sagas bizarras, psicodélicas y/o surrealistas para adultos que florecieron en la última década. También habría que revisar cómo Rick and Morty, Regular Show y Adventure Time son parte de un arco que, ahora, ya llega hasta el brainrot italiano.
En medio de todo eso hubo una pandemia y denuncias contra uno de los creadores de la serie, Justin Roiland, acusado por su mujer por violencia física y privación de la libertad, y absuelto en 2023 por falta de pruebas. Como sea, desde enero de ese año, Roiland (autor de la idea primigenia, remix de Volver al futuro y sitcom) salió del equipo de Rick and Morty. Pero Dan Harmon no quedó solo a cargo: el rol del productor y guionista Scott Marder fue creciendo especialmente desde las temporadas 3 y 4 –cuando muchos señalan que a Roiland se le cortó la onda con Rick and Morty–, y desde la 5 se sumó también como productor ejecutivo.
Así como el del inventor Rick Sánchez y su nieto Morty Smith, el combo que arman Harmon y Marder también daría para buddy movie. Uno habla con calidez, se acerca todo el tiempo a la cámara durante la videollamada con 421, se traba y se cuelga un poco, no para de revolear las manos. El otro es más estático, sonríe de lado, habla corto y tiene cara de siempre estar pensando varias jugadas por adelantado. Como sea, son los tipos que hacen un show que con esta octava temporada pasará la barrera de los 80 episodios. Un show clásico que aún se las arregla para seguir impulsando las cosas para adelante en el mundo de la animación. Unos dibujitos que son top 3 históricos, votados por cientos de miles de personas en dos encuestas enormes, una de IMDB y otra de FilmAffinity.
–Siguen camino a concretar esa idea de ser un show de "al menos" diez temporadas, y entre tanto se volvieron canon, ¿cómo se siente?
Dan Harmon: –Es un desafío enorme. Por suerte, antes que nosotros vinieron Los Simpson, que van como por la temporada 700 y llevan como 50 años y son el canon de las series animadas modernas. Si no, tendríamos que ir atrás hasta Los Picapiedras como ejemplo de un show animado que haya durado décadas. Y Los Simpson tuvieron un truco, que fue que hicieron que estuviera bien hacer algunas cosas. Por ejemplo, hay episodios o flashbacks donde Homero y Marge, que tienen 35 años eternamente, están en sus días de secundaria. Y cuando hay una reunión o algo, la música que suena va cambiando. No es que dicen: "No, esto ya lo mostramos y sonaba Wang Chung en esa época", sino que de pronto lo muestran de nuevo pero ahora suena Nirvana.

–Bueno, Morty tiene 14 años desde 2013.
Dan Harmon: –Uno pensaría que, si nadie cumple años, entonces todo lo que pasa en la serie, todos los hechos de estos 81 episodios, supuestamente ocurren en un lapso de seis meses, y los fuimos entregando a lo largo de más de una década. Pero Los Simpson ya resolvieron esto, y eso para mí fue un alivio cuando llegamos a cierto punto, porque tenemos este programa que es canon y que dice que en realidad ésa es la regla en la animación, y si tu personaje tiene 14 años no querés que cumpla 15, querés que siempre tenga 14. Y así es como se hace. Desde un punto de vista "logístico", tenemos que manejarlo como Los Simpson y decir: "Bueno, tenemos que acostumbrarnos a la idea de que este show podría durar 50 años. ¿Qué significa eso? ¿Qué tenemos que hacer con eso?".
–¿Y qué tienen que hacer con eso?
Scott Marder: –En primer lugar, estar a la altura del show. Dan dejó la vara altísima en los primeros años, y tratamos de mantener ese nivel. Cada episodio nuevo que elegimos para una temporada, lo comparamos contra lo mejor del show. Somos realmente duros y no dejamos pasar uno que no esté a la altura. Solo hay lugar para diez episodios por temporada, y llevan mucho trabajo, así que no podemos darnos el lujo de que uno no funcione.
–El flujo de ideas no parece ser un problema, ¿no?
Dan Harmon: –Al contrario, el problema puede ser decidir demasiado pronto cuáles episodios van a funcionar, porque eso puede cerrarte puertas. Al encabezar el equipo, una de las responsabilidades es dar el espacio como para que nadie se quede sin pitchear una idea por considerarla mala, o tonta o que no tiene nada que ver. "No, esto es una serie animada de ciencia ficción, no tiene nada que ver conmigo meándome encima en cuarto grado"... bueno, tal vez sí tenga que ver con eso después de todo. A veces, una historia que parece una anécdota ridícula puede convertirse en el corazón de un episodio, si le das contexto.
–Entonces, ¿cuánto del trabajo creativo que hacen se descarta?
Scott Marder: –El show se mueve tan rápido que en otra serie, seis ideas diferentes darían para hacer seis episodios completos. Pero acá esas seis ideas las usamos en una cold open de dos minutos. Es una locura la velocidad a la que quemamos contenido, es muy salvaje.
Dan Harmon: –Y al mismo tiempo, desde una perspectiva newtoniana, podríamos decir que somos un motor bastante ineficiente, según cómo se lo mire. Quiero decir que un montón de las ideas son desechadas. Diría que el 95% de lo que se nos ocurre termina en la basura, o a veces en un cajón porque no es algo que vayamos a usar ahora pero puede funcionar luego. La mayor parte del trabajo creativo en un show así es levantar muchísimo polvo de ideas, hacer volar el confeti del pensamiento, y luego ver qué ideas quedan brillando en el aire. Es necesario generar tanto material para un show tan rápido como éste, donde pasan tantas cosas, que nada se ve como una mala idea, sólo como cosas que por ahora son descartes pero pueden convertirse en contenido.

Hay un momento al final de uno de los primeros episodios de esta nueva temporada donde Morty y Summer, su hermana mayor –el personaje que más se desarrolló en los últimos años–, están en un tanque y en menos de un minuto pasan de estar desesperados, a llorar, a conectar como hermanos, y enseguida salen del tanque y le dan una paliza a "un NPC" que intentó enseñarles "cómo son las cosas". Ese recorrido frenético entre triggers y reacciones y estímulos y gags y caramelos visuales define a la perfección a Rick and Morty y toda la estirpe de shows animados que ayudó a redefinir en el camino de sus 81 episodios en 8 temporadas.
"Solo tenemos 20 minutos por capítulo, y dentro de eso intentamos contar una historia que tenga inicio, desarrollo y final", explica Harmon. "Después, el eje temático puede ser la invención de la teletransportación o la invisibilidad, pero lo que une y le da sentido a la serie es que el público se preocupe por los personajes, que pueda empatizar con lo que están pasando y entender por qué hacen lo que hacen. Summer, por ejemplo, puede tomar una decisión absurda, pero si tenés en cuenta que es una adolescente y a la vez es nieta de Rick, todo cobra sentido."