"Lo viejo funciona", sí, pero a veces para que funcione lo tenés que descargar, emular, parchear, crackear. O tenés que conseguir un pituto que reescale la imagen para televisores modernos. Lo viejo funciona pero eso no quiere decir que funcione rápido, sencillo o sin fricciones. Pasa con el retrogaming: ver cómo los niveles superiores de gordura implican conseguir roms, correr cosas desde la consola de comandos o incluso comprar tal tipo de joystick puede ser paralizante. Por eso son tan exitosas las miniconsolas o game-boxes que por unos cuantos dólares te dan un hardware listo con juegos listos. Todo listo. Todo liso.
Pero gastar unos pesos en esas cajitas felices de juegos no es la única alternativa. De hecho, quiero volver sobre dos sitios web: Good Old Games aka GOG.com y Clásicos Básicos aka Clasicosbasicos.org. Dos webs desde las que en pocos pasos podés jugar en PC prácticamente todos los videojuegos clásicos o de culto en sus ediciones state of the art: versiones completas, con las actualizaciones oficiales y full adaptadas al hardware y las pantallas actuales. Jugar lo viejo, sí, pero jugarlo fácil.

Good Old Games y el preservacionismo gamer
Cuando Steam dejó de tener precios populares, eso agrandó otros inconvenientes: su UI/UX nunca me cerró, mi biblioteca era un cementerio de juegos que compré en oferta o canjeé por códigos de prensa y no pienso volver a tocar, y estaba harto de precios de 30 USD para juegos que están sobrevendidos hace años. Hasta que un día llegué a GOG.com y encontré no sólo las novedades que buscaba sino también ese extra que su nombre ofrece: Good Old Games. Buenos juegos viejos, ofertas interesantes, una interfaz dinámica y un concepto entrador.
En GOG.com hay juegos sin sistemas de gestión de derechos digitales (DRM). Es decir que una vez comprados (o canjeados), vas a poder jugarlos offline, modearlos y parchearlos, e incluso bajar y respaldar los ejecutables, instaladores y partidas guardadas. De yapa, su cliente (GOG Galaxy 2.0) permite bibliotecas unificadas (juegos de Steam, Epic y otras, todos en la misma), guardado en la nube y sincronización entre dispositivos.
Pero lo que más viene al caso es su misión de rescate de clásicos: Good Old Games es un programa conservacionista que revive títulos históricos que funcionaban mal o raro en PC actuales. Los parchean y compatibilizan con Windows 10/11 y macOS, suman manuales digitalizados, bandas sonoras remasterizadas y los extras oficiales que encuentran, además de ajustes para garantizar estabilidad, resolución y controles adecuados bajo cualquier configuración de PC.
Comparado con sitios con miles de juegos abandonware y freeware (como DOS Games, My Abandonware o Classic Reload), el catálogo retro de GOG.com es limitado, pero tiene la virtud de que en la misma plataforma permitirte correr juegos novísimos, incluso con sus mods. Entre los casi 180 títulos de su Preservation Program están las mejores versiones posibles: por caso, RollerCoaster Tycoon Deluxe, SWAT 4: Gold Edition, Ultima VII - The Complete Edition, The Witcher 2 Enhanced Edition o Shadow of Mordor GOTY, entre bundles de Mortal Kombat, Dino Crisis y Resident Evil o juegos recién agregados al programa de conservación, como Neverwinter Nights 2, Devil May Cry o –de pie, por favor– Earthworm Jim 2.

Clásicos Básicos y la quest por la accesibilidad
Si buscás juegos más viejos, más raros o simplemente más juegos, todo el canon gamer del siglo XX está en Clasicosbasicos.org, una comunidad dedicada a clásicos, abandonware y arcades. Su web es el resultado de la pasión de un grupo de ñatos que aman de verdad los videojuegos. Lo que hacen es subir versiones ejecutables o para quemar en CD de lo más reputado, lo más de nicho y lo más rancio de los videojuegos de los '80, '90 y 2000.
De Karateka, de 1984, a Fallout New Vegas, de 2010, con todo en el medio: los Command & Conquer, los primeros GTA, Diablo o The Elder Scrolls, los hits de las sagas Sim Sarlanga y Theme Sarasa (SimCity, Sim Farm, Theme Hospital, Theme Park), el juego de Magic: The Gathering de MicroProse de 1997, los RTS más locos del mundo, algunos FPS míticos pero injugables y lo más cebado de géneros olvidados como las aventuras gráficas. Dungeon Keeper, Castlevania, Twisted Metal, Sega Rally, PC Fútbol 6: Apertura '98, Heretic. You fuckin' name it. Clásicos Básicos es un rabbit hole infinito.

Por qué volvemos a los juegos viejos
Como todos los mercados culturales contemporáneos, el de los videojuegos se volvió insoportable en su ritmo: que el tráiler, que la beta abierta, que el DLC, que el eventito, que los premios. El flujo constante de contenido satura, y más cuando es contenido inacabado o fallido. En cambio, los juegos viejos son juegos viejos: ya tienen su forma definitiva hace rato, han resistido el paso del tiempo y hay décadas de experiencia probada de jugadores que ayudan a filtrarlos y jerarquizarlos.
Los juegos viejos no necesitan internet ni te rompen las pelotas con microtransacciones, suscripciones y battle passes. Los juegos viejos –en general– no te tratan de boludo, a diferencia de los nuevos, que arrancan con dos horas de cinemáticas, tres tutoriales y 74 mil opciones de personalización del personaje antes de poder patear una puta pelota. Acordate: mañana vas a ir re contento a comprar el juego de la batatita submarina del Conicet y no vas a saber por qué mierda pero la batatita va a tener GPS incorporado y va a ser capaz de ver en infrarrojo a enemigos a mil kilómetros y vas a necesitar un joystick de 20 botones para mover una batatita.

Las interfaces y las capas de información de los juegos actuales combinan el eye candy con la costumbre corporativa de que todo tenga un help center, y el resultado es una experiencia basura, como arrancar The Witcher 3, que pasen 20 minutos hasta mover a Geralt y que encima la pantalla esté llena de indicadores visuales (HUD) que convierten un RPG de fantasy medieval en un juego raro donde te sentís bibliotecario, notario y archivista de lo que pasa. Es como ir al cine re loco y tener que fumarte 20 minutos de publicidades y advertencias antes de la película. Chau, me dormí.
Como ya explicó muy bien Juan, el "low tech, high life" no es sólo una cuestión de economía tecnológica sino también de economía cognitiva y autonomía digital. En el retrogaming hay menos dependencia del hardware y menos multitasking, briefs, popups, standings y puteadas porque un cartelito del orto tapó la llave que tenías que agarrar. Los juegos viejos son cognitivamente más livianos, ponen la exigencia mental donde deben, en las mecánicas y parcialmente en la historia. Tienen diseños más simples y sistemas de dificultad más honestos, porque no dan ayudas exageradas y muchas veces ni siquiera tienen opción de guardar partidas. Por suerte tenemos quienes guardaron esos juegos.