La caída en desgracia de 4chan no tomó por sorpresa a sus usuarios. Más bien, todo lo contrario. Hace años que entre los oldfags (el nombre con el que se denominan los usuarios más antiguos del sitio, en contraposición a los newfags) corre la sensación de que el sitio "está muerto". Como sea, el hackeo a uno de los más infames y a la vez importantes sitios de internet marcó un hito en el calendario. Podemos pensarlo como un equivalente al primer saqueo de Roma en el 390 a.C. por parte de los Galos. Si bien el Imperio Romano de Occidente sobreviviría hasta el 476 d.C., el proceso de descomposición en el que se encontraba para entonces ya era irreversible. El saqueo de Roma significó la instanciación concreta de ese proceso inexorable que, según los distintos historiadores, había comenzado mucho antes. Con 4chan pasó algo parecido: cayó porque ya estaba muerto.

Empecemos por el principio. Como cuenta el periodista Juan Brodersen en su newsletter, DarkNews, 4chan fue atacado por un grupo que usó un exploit del sitio para inyectar código malicioso y hacerse con el control. El grupo operó bajo el seudónimo Soyjack[.]Party, y se sospecha que esté conformado por usuarios o ex usuarios del imageboard. Se especula que el ataque se trató de una represalia por perder el canal en el que interactuaban. En paralelo, el código del sitio no había sido actualizado desde 2016, lo cual significaba que estaba semi-abandonado, o al menos en un estado grande de desidia. Esa fecha coincide más o menos con la venta del sitio por parte de su creador, Christopher Poole, alias "moot", al empresario japonés Hiroyuki Nishimura.
La información filtrada contenía todos los correos de los janitors, nombre que se usaba para designar a los moderadores del sitio. Si bien en Twitter se especuló con la posibilidad de que muchos de esos correos terminaban en dominios .gov (abonando la teoría de que el sitio era un honeypot del FBI), en realidad en la lista filtrada no se incluía ninguno con ese dominio. El sitio estuvo prácticamente fuera de línea más de una semana, hasta que volvió a su correcto funcionamiento.
La "muerte" de 4chan
Parece una obviedad decirlo, y hasta hay un artículo de la revista Wired que tiene el mismo insight, pero básicamente la muerte de 4chan coincide con su coronación en la cultura digital. Como vengo explicando hace varios años, se trata de una "muerte por saturación". El ciclo inevitable de cualquier movimiento cultural exitoso: pasar de la marginalidad al centro, devenir establishment. ¿Cómo? Muy sencillo: lo que antes estaba confinado a 4chan, luego se mudó a plataformas mucho más grandes como Twitter, y de ahí pasó a modificar la conversación digital global. Hace rato que 4chan es de alguna manera la cultura digital; y de ahí la irrelevancia del 4chan original.

¿Y qué es eso que hizo a 4chan tan distinto al resto? Bueno, el combo perfecto entre ideología y memes. Pensemos por un segundo en las discusiones cotidianas de la política argentina, los medios y Twitter: liberalismo vs comunismo, racismo, xenofobia, restauración europea, vuelta al catolicismo tradicional, nazis, anti semitismo.
Pensemos también en el estado de la crítica actual o de la reacción al establishment progresista aka "cultura woke": discutir la posmodernidad, el multiculturalismo, backlash feminista, aceleracionismo, Nick Land, Curtis Yarvin, Bronze Age pervert. Elegí cualquier tema. Sí, ya estaba todo ahí. Siempre estuvo ahí. Pero ahora a nadie le importa de dónde salió, porque ahora está en todos lados, devino paisaje. ¿Quién se acuerda cuál fue la primera cervecería artesanal? ¿Acaso importa?
El método chanero
Sin dudas, esto puede parecer una simplificación demasiado obscena, pero si quieren la justificación completa de todo el asunto, no les va a quedar otra que leer el libro que ya está escrito. No hay mucho más para agregar. Básicamente, lo que consagra su triunfo es el mecanismo de retroalimentación que genera interacciones a base de reacciones polarizantes. Esa interacción polarizante es la que logra destacar en todo el panorama mediático y absorber la mayor cantidad de atención posible. Esto refuerza sistemáticamente su uso, que va escalando en forma geométrica. En los años iniciales de radicalización esto culminaba con algún algún yanqui devenido school shooter, hoy es un mecanismo que te mete un marginal, un troll o un "outsider" como presidente.
Es curioso que el hackeo suceda en medio de la aparición de la serie Adolescencia de Netflix y la consagración de la cultura incel en los medios masivos de comunicación. Tema para otro artículo pero que, de sólo pensar en escribirlo, me llena de desidia. Está tan cantado que escribirlo me daría vergüenza. Intento no escribir obviedades o "números puestos". Aunque a veces hay que vivir de algo.

Pero, de nuevo, quizá ni siquiera se trata de los temas que instaló 4chan como cultura. Se trata del método. Un grupo chico, cohesionado, que produce memes y por lo tanto una cultura propia sin parar, con un mecanismo selectivo perfeccionado que premia a los ganadores de tal forma que se crea un ciclo de retroalimentación positiva. El resultado de la aplicación de este método de forma consistente es ganar una capacidad única de influencia en el "discurso público" o, como me gusta decir a mí, en la noósfera. O en la meme pool. El caldo memético.
¿No es acaso lo que busca Remilia? ¿O Devox con su influencia en el lenguaje contemporáneo (tetubis, balubi, nenazo, gordazo, jijo, jijolines, jijazo, juan domingo berón)? ¿O los libertarios con su sistema de medios alternativos en YouTube, Twitter y demás? ¿No es acaso lo que buscan todas las agencias estatales dedicadas a la "guerra psicológica"? El ¿nuevo? Santo Grial de la comunicación digital.
4chan y yo
En el lejano año 2019 publiqué en mi ahora extinto blog de Medium un artículo sobre 4chan, la cultura Anon, la estrategia de los diferentes movimientos de derecha para instrumentalizarlo como plataforma política, la creación de una cultura digital propia y la radicalización. Quienes quieran leer ese artículo fundacional, pueden hacerlo acá. O incluso encontrar una versión un poco más extensa acá. Pasó muchísima agua debajo del puente.
A partir de ese artículo se me abrieron varias puertas para escribir en diferentes medios. El texto fue citado en varias ocasiones dentro de otros trabajos, como Troll S.A., de Mariana Moyano y ¿La rebeldía se volvió de derecha?, de Pablo Stefanoni, iniciando un proceso que culminó con la publicación de mi libro ¿La democracia en peligro? en 2023. Como corolario de ese proceso donde la escritura se volvió una de mis actividades centrales, llegamos hasta la creación de 421 como medio y hogar permanente de esos artículos iniciales a los que tanto les debo.

Ver caer a 4chan me genera un poco de nostalgia. Me siento como ese viejo guerrero que ve pasar el cadáver de su enemigo y, con él, una época que lo definió. 4chan muere en su ley. Pero, por otro lado, me parece que no es ni más ni menos que el ciclo de las cosas. La primacía de la cultura chanera ya muestra severos signos de agotamiento. Sólo alguna patrulla perdida en la selva puede venderlo como "novedad". Es un ciclo ya agotado. De nuestro lado, queda encontrar las nuevas olas de las periferias, los nuevos marginales, el próximo establishment.
Asesinado por un grupo de anons con bronca, agoniza porque nadie lo quería defender. 4chan está priceado. El mercado digital ya le puso precio a su cultura. Los mecanismos de selección de información ya diferenciaron todo lo que es "señal" de lo que es "ruido". Toda la información valiosa fue sustraída y ahora navega en las aguas infinitas de la noósfera, de la conciencia colectiva. Su especificidad carece de valor.
Cómo Taringa!, cómo Voxed, parece que la hora de la despedida de 4chan se encuentra cerca. Si bien todavía no murió, nos da la sensación de que Cirdan ya le construyó un barco para viajar a Valinor. Sólo resta esperar.