Déjenme invitarlos a este rabbit hole: encontré que la Fuerza Aérea Argentina tiene una subdivisión llamada CIA, que su logo es sospechosamente parecido al de la NASA, y que ambos son muy similares a los de Star Trek. Pero todo empieza investigando el Ejército Espacial que tiene Estados Unidos. En el medio van a aparecer diseños afanados, iglesias evangélicas y ovnis.
El alien es el otro
Corría 2019 y el mundo era un lugar completamente diferente –pues no sabíamos lo que significaba una pandemia mundial–, Donald J. Trump se encontraba en la mitad de su primera presidencia atiborrada de proteccionismo, niños mexicanos atrapados en jaulas y promesas de desclasificación de archivos oficiales de inteligencia. El 20 de diciembre, Trump anunció en un acto oficial la inauguración de la Fuerza Espacial, un área del gobierno estadounidense dedicada exclusivamente a proteger a USA de cualquier amenaza que se encuentre en el espacio exterior y continuar con los lineamientos de la ONU de reforzar la seguridad para evitar conflictos bélicos en ese ámbito.
Aunque ya existía una división militar del Departamento de Defensa dedicada a estos temas desde 1982, la principal diferencia es que, a partir de 2019, se convirtió en una fuerza independiente: la sexta rama de las Fuerzas Militares. Con un presupuesto propio, armamento específico, uniformes personalizados, tecnología de punta, parches individuales y hasta esta canción de 41 segundos que no tiene desperdicio.
Si bien la presentación suena muy Will Smith en Día de la Independencia, las tareas asignadas para este equipo tienen más que ver con proporcionar inteligencia sobre las competencias de naciones enemigas en cuanto a satélites y capacidades espaciales y muy poco con combatir alienígenas que huelen feo. Un poco decepcionante, a decir verdad, para los "I Want to Believe” que estábamos en shock con la noticia.
A pesar de que en sus lineamientos se destaca rastrear las capacidades de objetivos enemigos y destruirlos, ninguna tarea oficial está relacionada a la investigación de OVNIS (Objeto Volador No Identificado) y OSNIS (Objeto Sumergible No Identificado) o para explorar el famoso objeto interestelar Oumuamua, descubierto en 2017.
Para los que no saben Justin es de Piscis, y el Oumuamua es un misterio sin resolver para los científicos que se dedican a la observación de la galaxia, porque se trata de un enorme objeto rojizo, con forma de cigarro y textura de roca, que se detectó con el telescopio de Hawái desplazándose por nuestro sistema solar. Se sabe que no es un cometa, ni un asteroide y que viene de otra galaxia porque tiene una velocidad y gravitación totalmente diferente a los objetos de nuestra órbita. Puede ser cualquier cosa, inclusive una nave nodriza alienígena, como plantea el astrofísico Avi Loeb, docente de Harvard.
Un misterio más que concuerda en que nada tiene que ver con lo que insinuaban en el video de reclutamiento que lanzaron en marzo de 2020 por Twitter (aún llamado así), donde parecía que dentro de cinco años íbamos a poder vivir en Marte e ir de vacaciones a la Luna.
Maybe your purpose on this planet isn't on this planet.https://t.co/lr7tBQp775 pic.twitter.com/oHLgwcY2eq
— United States Space Force (@SpaceForceDoD) May 6, 2020
Logos, cosmos, ¿chorros?
Respecto a Twitter, cómo olvidar los viejos tiempos donde Elon Musk era solo un ingeniero futurista que quería cambiar el mundo colonizando otros planetas (Space X), impulsar las energías renovables (Tesla), llevar internet satelital a los lugares más recónditos de la tierra (Starlink), implantarle chips en el cerebro a la población (Neuralink) y nombrar al hijo que tuvo junto a la artista Grimes como una contraseña. Quién iba a imaginar que años después compraría Twitter, casualmente el lugar donde se conocieron con la cantante, y lo arruinaría para siempre de todas las maneras posibles, convirtiéndose en uno de los responsables del ascenso de la ultraderecha mundial y arrasando todo a su paso, inclusive su propia reputación siendo funcionario de Trump. Realmente no la vimos.
Pero antes de la tragedia –Elon adquiriendo Twitter y transformándola en X–, la plataforma era un gran lugar para encontrar cierta información. Lo importante es que, cuando este video comenzó a viralizarse a principios de la pandemia, muchos internautas con tiempo de sobra empezaron a descubrir parecidos bastante sospechosos entre los logos de la Fuerza Espacial y los de Star Trek. A veces me pregunto qué sería de nosotros sin los conspiranoicos y los nerds, porque claro que alguien se tomó el trabajo de hacer tablas comparativas entre distintas agencias gubernamentales y la Flota Estelar de la serie de 1966.
En una de estas tablas, los primeros tres logos pertenecen las agencias espaciales oficiales de Estados Unidos (el del medio, el de la Fuerza Espacial de 1982) y el resto a la franquicia de Star Trek, con las fechas correspondientes a su lore:
En el rebranding de 2019, el logo fue modificado pareciéndose aún más al de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas. Su parecido incluso fue noticia en la BBC:
También hay extractos de un libro de stickers publicado en 1999 con logos que se asemejan a los de la ONU.
Los conspiranoicos dirán que es porque todo lo relacionado al espacio exterior es una farsa, que nunca hubo alunizaje, y que toda la carrera espacial fue una producción de Hollywood ideada por Stanley Kubrick (de ahí la similitud). Los ufólogos más atrevidos que hablan de contactados explicarán que en realidad Star Trek está basado en hechos reales de la Confederación Galáctica. Y los nerds afirmarán que es lógico que se parezcan los dibujos porque están inspirados en décadas de diseño gráfico aeroespacial. Las puertas quedaron abiertas para pensar en cualquiera de estas posibilidades; lo que sí resulta concreto es que son diseños estéticamente intencionados y con una calidad altísima.
Lamentablemente, no podemos decir lo mismo de la CIA Argentina. Ni el logo más cachivache y predeterminado creado en Canva se atrevería a existir con esa ínfima resolución en el ciberespacio. Sí, así como lo escuchaste: no solo decidieron nombrar CIA (Centro de Investigaciones Aplicadas) a un área oficial de la Fuerza Aérea Argentina, sino que el logo es como el de la NASA… pero horrendo. Sólo Dios y el telescopio Hubble saben qué dice en su circunferencia:
La "Invasión del Amor de Dios"
La sorpresa más grande es cómo llegué a la entrada de este rabbit hole, y es porque el pasado 5 de julio Javier Milei participó de la inauguración de una mega iglesia evangélica en el Chaco, llamada Portal del Cielo. Su pastor, Jorge Ledesma, afirmó dos días después en una entrevista radial que fue protagonista de un milagro financiero cuando consiguió la conversión de 100 mil pesos a 100 mil dólares después de guardarlos en una caja de seguridad.
Esta Iglesia tiene presencia en más de 40 países a través de su programa "Invasión del Amor de Dios". Y yo, como buena lectora de archivos desclasificados, inmediatamente me puse a buscar los Documentos Santa Fe, porque en esta vida todo tiene que ver con todo y a cuando me refiero a todo, en realidad estoy hablando de operaciones de inteligencia, en este caso de la CIA, que conocemos desde hace más de 50 años en América Latina.
Los documentos Santa Fe I, II, III y IV son planes que comenzó Ronald Reagan (presidente número 40) con un grupo de personas en 1980 para evitar cualquier expansión de la "izquierda" que pudiera debilitar a Estados Unidos y su política exterior. Una de las pautas es aumentar la influencia y costumbres norteamericanas alentando la expansión de iglesias evangélicas fundamentalistas yanquis con subvención del Estado, especialmente en Latinoamérica. Fundamentalmente, una continuación del trabajo de Nelson Rockefeller (vicepresidente de Nixon) y la Central de Inteligencia que inició en 1969 por la "amenaza" que representaba para ellos la Teología de la Liberación en Sudamérica (miedo a que la Iglesia católica empodere a los pobres).
Aparentemente, el algoritmo me conoce muy bien porque investigando iglesias evangélicas argentinas y su relación con la CIA (la original) me infiltró este otro datazo de las Fuerzas Armadas argentinas.
Centro de Investigaciones Aplicadas, la CIA Argentina
Buscando más información sobre la CIA Argentina, encontré que el oficialismo también había nombrado CIA al Centro de Investigación de Agroindustria, surgida cuando achicaron las ramas del Estado en 2024, y nada tiene que ver con los aviones. ¿Por qué no? Si nombrar todo igual no resulta confuso para nada, ¿verdad? Esa es una de las razones por las que online no hay ningún dato certero de quien está a cargo de cada área ni de quiénes son los responsables de defender nuestra soberanía aeroespacial.
Lo que si sabemos de la CIA de la Fuerza Aérea Argentina es que está ubicada en la provincia de Córdoba y principalmente se ocupa de Sistemas Aéreos Remotamente Tripulados (SANT), con varios proyectos en desarrollo que incluyen aviones no tripulados y un radar.
Según la página del gobierno, la CIA (sic) "realiza investigaciones, desarrollos, ensayos y evaluaciones vinculados con actividades aeronáuticas, espaciales, de Defensa y de otras áreas de ciencia y técnica, a fin de cumplimentar los objetivos propuestos y actuar como asesor en temas científicos y tecnológicos asociados a las áreas de Investigación y Desarrollo. A su vez, promueve vinculaciones con universidades y organismos científico-tecnológicos contribuyentes al desarrollo del personal y/o de los proyectos en ejecución".
Todos los chistes onda "Dejá, tengo un primo diseñador gráfico que te lo cobra más barato" quedan de lado cuando entramos en consciencia no sólo de la vocación de colonia y la falta de profesionalismo para hacer su trabajo, sino que lo hacen con una estética y habilidades de imitación espantosas, como el Sol de Mayo parecido a Marra. Básicamente, expertos en copiar mal las cosas.
Según lo que se anunciaba en 2019, para 2025 ya íbamos a estar viviendo en la nueva era espacial y la Humanidad habría evolucionado, empezando a comprender qué hay más allá del planeta Tierra.Parece que al final sí estamos lidiando con las fuerzas del cielo, pero no las intergalácticas.