Fumar con lillos de celulosa es un camino de ida. El problema es que ese camino puede tener peajes bastante caros. A diferencia de sus primos rústicos de papel, los papelillos celulosos ofrecen una experiencia más costosa pero refinada: no necesitan pegamento, queman igual o más lento y, bien elegidos, tienen sabor y aroma neutros. Son mi estándar desde antes de la pandemia, aunque di muchas vueltas entre marcas y tamaños hasta dar con el resultado óptimo: las celulosas de la marca 3 Rayos, hechas en Puerto Rico pero vendidas en kioskos locales a precio argentino. Tienen el tamaño justo (78 x 45 mm), son gum free, no tienen el típico gusto dulzón de otras celulosas y no se despegan. Son lonjitas dóciles de celulosa limpia e inocua, justo lo que quiero para oler y degustar bien mis porros. El truco es nunca comprar paquetes de 50, que son carísimos a menos que fumes un porro por semana –flojito–. Si usás a menudo, la cajita de 420 lillos se consigue en kioskos y grows argentinos a entre 5 y 8 lucas. Una ganga para la ganja.

► Tienda online de 3 Rayos en Argentina: https://3rayos.com/